*Andrea Fontana
La noche del viernes 2 de junio estuvo cargada de emociones para todos los que, a pesar del frío, se acercaron a festejar el cumpleaños de la banda paranaense Bombatómika.
Luego de cenar en el centro con mis dos amigas punkrockers, nos dirigimos hacia el bar ubicado en Güemes y Liniers. El solo hecho de ver varias caras conocidas de una etapa de mi vida rodeada por las noches de punk rock y algunas caras nuevas, produjo en mi una sensación inmensa de felicidad y nostalgia a la vez.
Además de los cuatro años de Bombatómika, esa noche era el comienzo de su primera gira, llamada Si hay miseria que se note, junto a las otras bandas que se presentaron: Muerto en Pogo y Responsables No Inscriptos.
Aproximadamente a las 0:30, subió al escenario los rosarinos de Muerto en Pogo. Años atrás los vi varias veces en escena y me gustó poder volver a animarme a los saltos junto a muchos viejos amigos. La banda oriunda de Rosario, dio el pie inicial a una verdadera fiesta de cumpleaños cargada de punk rock.
Luego llegó el turno de Responsables No Inscriptos. Los autodenominados"otro estúpido conjunto de rock", oriundos de Buenos Aires, hicieron que la gente empezara a saltar cada vez más mientras repasaban temas de sus cuatro discos, con ironías y la intención de hacer pensar a los espectadores. Algunos de los presentes salían a fumar un pucho y charlar un poco con amigos que no veían hace rato, pero el frío y la buena música invitaban a permanecer dentro del lugar.
Y entonces, llegaron ellos. Los Bombatómika subieron a escena y todo explotó como hacen desde hace cuatro años al presentarse en algún lugar.
Con temas como Los Hijos de los Esclavos, Corriendo como aquél ladrón, La Madriguera y algunos temas nuevos, lograron hacer saltar a todos los presentes y varios se animaran a tomar el micrófono, corear los temas y acompañar a los músicos. A todo ska y punk rock y letras que logran hacer pensar y reflexionar sobre la actualidad, el frío de la noche se fue del todo y lograron llegar al climax de una noche mágica y nostálgica. Es imposible quedarse quieto en un recital de Bombatomika y lo digo por experiencia propia.