Hace unos días, el Ministerio de Seguridad de la Nación aprobó el protocolo de detención para personas pertenecientes al colectivo LGTB. A simple vista, parece una norma que busca incluir y respetar, pero está muy lejos de eso.
Miembros de distintas organizaciones han rechazado y repudiado este protocolo por considerarlo una forma más de criminalizar y perseguir al colectivo de sexualidades disidentes.
La presidente de OTRANS Argentina Claudia Vásquez Haro aseguró que esta resolución es “una estrategia del Gobierno que quiere hacerse el que trabaja por el bien de nuestra comunidad, pero esta herramienta lo único que viene a legitimar es la violencia”.
Uno de los punto más criticados de la norma se basa en que cualquier contacto o detención debe ser realizada únicamente por personal femenino. ¿ Por qué una mujer tiene que requisar a un hombre gay o bisexual ?
Las leyes dicen que toda persona tiene que ser requisada por personal del mismo sexo, ¿por qué no se esto respeta con la población LGBT? ¿Por qué no se respeta su identidad de género? ¿Eso no es discriminación?
Otro pasaje del protocolo indica que las fuerzas de seguridad tienen prohibido realizar actos que generen dolores o sufrimientos graves con el fin de conseguir información o una confesión. Es decir, ¿sí pueden infligir dolores leves o moderados? ¿Ahora sí está permitido el abuso de autoridad?
Si la intención del Gobierno es incluir, están errando el camino. Porque violar la identidad de género de una persona no incluye, más bien excluye.
La solución no es firmar una norma y publicarlo en el Boletín Oficial. Si se quiere terminar con la discriminación hay que educar, y para educar hay que estudiar. Hay que enseñar a no usar la fuerza bruta, a no golpear, a no insultar.
El protocolo no sólo deja en evidencia la falta de interés de tolerar e incluir, sino que también demuestra que no están dispuesto al diálogo. Porque un protocolo lanzado a días de la marcha del orgullo disidente, no es más que un provocación y una intimidación, es una incitación más al odio y a la violencia.