La gente seguía ingresando al Molino mientras el partido inició, y ante el murmullo de los asistentes que avanzaba, Nada Más y Nada Menos (NMYNM), fue ese pilar defensivo de 4 jugadores, integrado por Irene Marchi en bajo y voz, Pablo Sebastián Menendez en Guitarra, Emilio Marchi detrás de los parches, y Matias Allende en Guitarra y coros, que se encargó de expulsar la ausencia de música de la localidad. Con algunos pequeños desperfectos técnicos atajados rápidamente por Santiago Torres, operador de sonido de la banda, los santafesinos supieron demostrar la calidad de sus jugadas composiciones, que mantenían a la gente entretenida y cabeceando, mientras muchos se sorprendían al escuchar la destacable voz de Irene, que manejaba la defensa con gran precisión.
La pelota ya volvía a media cancha pero seguía de manos de jugadores Santafesinos. En este caso, Carlos di Nápoli en voz y bajo, Pablo Jaimet en batería y Sebastián Malizia en guitarra se encargaron de calentar los motores y organizar el ataque de este variado e interesante equipo. Guazú no solo ofreció interpretaciones con influencias Post Rock y Noise, sino que también regaló una bien ejecutada y coreada canción de Nine Inch Nails lanzada en 2005. Nada más y nada menos que “The Hand That Feeds”, que multiplicó las cabezas agitándose hasta el final del show.
Finalizada la participación de Guazú, y con una jugada que venía bien armada, las expectativas por el ataque no daban más; el público esperaba una definición de la calidad que suelen ofrecer Brenda, Lula, y Gabriel, delanteros de primera en la escena nacional. “Fuera o más allá” fue la primera canción que empezó a corear la hinchada después de desplegadas las primeras notas de bajo y guitarra, seguidas por la base de batería. Continuaron con “Paraíso en retro” y una seguidilla de su disco Blanco. La banda supo aprovechar el estado del público para jugar con sus emociones, avanzando vertiginosamente con canciones como “Agujas”, “Magoo” y “Queloquepasa”, o llevando un ritmo lento y endulzar a los presentes con acordes y melodías durante la esperada “Amor Ausente”. Sorprendió “Las Habladurías del Mundo” del Flaco, en una versión lenta y personal. Lula frenó el partido durante esta última, pidiendo disculpas por su incorrecta interpretación, para arrancar nuevamente y dejar a todos sorprendidos.
La gente quedó muy satisfecha con el cierre del partido, pero los 3 delanteros redoblaron apuesta, y en un furioso bis interpretando “Breed” de Nirvana, lograron explotar de alegría el Marconetti. Una vez más, un partido completo, donde todos los jugadores dieron lo máximo para lograr un excelente juego. Quien escribe espera ver ese mismo equipo junto próximamente, sea en Santa Fe, u otro lugar.
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