En octubre se cumplen 20 años de la grabación de "Despedazado por mil partes", tercer disco de La Renga, primero con una compañía discográfica y el que hizo crecer en cantidad las huestes de fieles seguidores que siguen a la banda a donde sea que toquen, con canciones poderosas como Desnudo para siempre; A la carga mi rocanrol; El final es en donde partí; Balada del diablo y la muerte; Lo frágil de la locura; Veneno y Hablando de la libertad, entre otras.
Una de las particularidades del disco además de la poesía de Chizzo y compañía es su arte de tapa, ese ángel-demonio, que ilustró a partir de ahí cientos de banderas o "trapos" y remeras en los recitales de la banda.
El encargado de dar forma a lo que sería una de las tapas más recordadas de La Renga y el que luego diseñaría el arte de su álbum homonimo (la estrella blanca), fue el artista plástico Marcelo Zeballos quien en ese entonces tenía 26 años. La banda había lanzado un concurso para crear la tapa y Zeballos presentó en una cartulina gigante un paisaje del renacimiento con distintos personajes. "(...) cuando vieron el ángel-diablo, flashearon", dijo en una entrevista en La Viola.
El autor de la obra expresa que su significado es simbólico, la unificación del bien y del mal en un solo ser y, además, que se basó para crearla en las canciones “ La balada del diablo y la muerte”, “Veneno”, “El final es en donde partí” y “Hablando de la libertad”.
La revista Rolling Stone lo incluyó en la "Lista de los 100 mejores álbumes del rock argentino" y fue presentado en el mítico estadio de Obras los días 13, 14, 20 y 21 de diciembre de 1996. Zeballos estuvo encargado de armar la escenografía para estas presentaciones.
La gira de presentación comenzó el 13 de diciembre de 1996 y finalizó el 16 de mayo de 1998, y llevó a la banda por toda la Argentina, otros países de América y España.