Fotografía: Yohana Benítez |
Las distintas agrupaciones y las mujeres autoconvocadas coparon la plaza 1º de Mayo, en el Día Internacional de la Conmemoración de la mujer. Las mismas estaban vestidas con los colores negro y violeta. El último color predominó en las frases que llevaban sus rostros, uno de ellas era “viva nos queremos”.
Dos manifestantes dieron comienzo al
multitudinario encuentro junto a dos intérpretes de lengua de señas. En él se
dio la bienvenida a las mujeres trabajadoras, incluyendo a las que no tienen
una remuneración. Explicaron que el paro se realizó por la brecha salarial que
existe entre las mujeres y los hombres, por la falta de reconocimiento de los trabajos
precarizados, el control sobre sus cuerpos y sus decisiones, la falta de acceso a la salud, el pedido del
aborto, legal, seguro y gratuito entre diferentes problemáticas.
Fotografía Yohana Benítez |
La jornada contó con la participación de un grupo de
mujeres que bailaron al ritmo de los tambores y de los cantos de sus
compañeras. Luego se invitó a algunas agrupaciones para que digan unas
palabras. Finalizando el acto las manifestantes se organizaron en calle España
para ir a la Catedral. El trayecto fue acompañado por las diversas banderas
políticas que flameaban al compás de los bombos, a la vez que resonaban las
canciones de protesta. Las mismas siguieron por calle La Paz hasta llegar a
Casa Gobierno. El paro terminó en Tribunales con una intervención artística y
con una manifestante herida.
Fotografia Yohana Benitez |
La víctima es María Alé quien sufrió el
atropello de un conductor que se encontraba apurado. Intervino parte de la
organización de la asamblea y contó con la ayuda de la ambulancia. La joven se
encuentra con el pie enyesado.
A pesar del desafortunado acontecimiento,
se pudo apreciar una marcha llena de unidad, de hermandad, de empoderamiento,
de alegría y de ser conscientes de lo qué es ser mujer en sus diversas
identidades. La marcha, fue una vez más una invitación para que las mujeres
despierten de la sociedad patriarcal que les impone el sometimiento tanto
físico, emocional, económico, psicológico y muchas veces termina con el
desenlace de femicidios.