Por: Julieta Salamone
El músico uruguayo Jorge Drexler pasó por Buenos Aires, presentando su nuevo disco Salvavidas de Hielo con cuatro fechas seguidas en el Gran Rex culminando con su última noche, el pasado domingo 22 de octubre.
En su visita, el músico no pudo dejar pasar uno de los temas más emblemáticos de estos días, sucedido en Argentina: La muerte de Santiago Maldonado, sobre el cual brindó su pequeño homenaje con su canción “Polvo de Estrellas”. En base a lo sucedido y todavía a flor de piel, nos preguntamos y reflexionamos algunas cosas.
Como todos sabemos, Santiago Maldonado fue encontrado el martes 17 de octubre en el río Chubut y fueron muchas las cosas que se dijeron estos días, pero con las elecciones legislativas la cosa se puso peor.
En las redes sociales podemos ver las más diversas opiniones sobre Santiago, reforzando más “la
grieta” las personas discuten sobre la defensa o no de este caso.
Está bien, todos somos libres de opinar, pero ¿hasta qué punto podemos llegar? Si Santiago fue militante, artesano, naturista, activista o no ¿Qué importa?, ¿no es acaso una vida perdida? Si fue por “meterse en cosas que no debía” por “protestar”, por ser joven o ser de izquierda ¿No es acaso nuestro derecho ejercer la protesta? ¿No somos los jóvenes los que buscamos cambiar nuestro futuro? ¿Quién lo va a hacer por nosotros sino? ¿No sentimos todos
alguna vez alguna injusticia? ¿Por qué hay que resignarse y naturalizar lo existente? ¿La gendarmería, policía o cualquier fuerza armada tiene derecho entonces al aplicar su poder por sobre nosotros?
Como lo dijo Drexler, “Hagamos un esfuerzo mínimo de abstracción… una vida es una vida en
cualquier circunstancia… prestemos atención a que es la vida de un pibe y hay gente pasándola
mal, que es su familia, y que toda vida merece respeto, venga de donde venga.”
Entonces, ¿qué tipo de respeto le tenemos a Santiago si decimos que no nos importa porque no lo conocimos o porque era activista? ¿Qué tipo de respeto le tenemos a esa familia? No podemos decir simplemente “se ahogó porque no sabía nadar” cuando sabemos el contexto en el que sucedió, y el modo de actuar que tienen muchas veces las fuerzas armadas.
Mañana podemos ser vos, yo, tu hijo, tu nieto, tu hermano… ¿vas a seguir pensando lo mismo, que se lo buscó? Como sociedad estaremos entonces perdidos, si no somos capaces de defendernos entre nosotros
mismos, de defender nuestros derechos y los de los demás, mirando primero quién es o que hizo esa persona antes de morir o ser atacado.
TODOS somos Santiago Maldonado.
“Polvo de Estrellas” de Jorge Drexler, para Santiago:
Vale
Una vida lo que un sol
Una vida lo que un sol
Vale
Se aprende en la cuna
se aprende en la cama
se aprende en la puerta de un hospital
Se aprende de golpe
se aprende de a poco y a veces se aprende recién al final
Toda la gloria es nada
Toda vida es sagrada
Una estrellita de nada
en la periferia
de una galaxia menor
Una, entre tantos millones
y un grano de polvo girando a su alrededor
No dejaremos huella
sólo polvo de estrellas
Vale
Una vida lo que un sol
Una vida lo que un sol
Vale
Se aprende en la escuela
se olvida en la guerra
un hijo te vuelve a enseñar
Está en el espejo
está en las trincheras, parece que nadie parece notar
Toda victoria es nada
Toda vida es sagrada
Un enjambre de moléculas
puestas de acuerdo
de forma provisional
Un animal prodigioso
con la delirante obsesión de querer perdurar
No dejaremos huella
sólo polvo de estrellas